
En esta primera crónica festivalera reseñaré “Green Border”, “La contadora de películas” y “The sweet east” de la Sección Oficial, así como “El cielo rojo” y “Anatomía de una caída” de los pases de la Academia del Cine Europeo.
20 de octubre de 2023. Valladolid vuelve a celebrar uno de los festivales de cine más longevos de nuestro país, con 68 ediciones a sus espaldas: la Seminci. El veterano evento cinematográfico pucelano estrena director: José Luis Cienfuegos, y, presenta importantes novedades como la sección «Alquimias».
En esta ocasión y para Golden Cinema, he viajado a la ciudad pucelana con el propósito de analizar las películas pertenecientes a una sección oficial muy prometedora y también algunas otras cintas exhibidas en distintas secciones paralelas del festival. Esto es lo que me ha deparado la primera jornada:
SECCIÓN OFICIAL

Green Border – Agnieszka Holland – Polonia
Ganadora del Premio Especial del Jurado en el último festival de Venecia, «Green Border» estrena las películas de Sección Oficial para la prensa en la 68ª Seminci. La nueva cinta de Agnieszka Holland no escatima medios para denunciar la situación migratoria de la frontera verde entre Polonia y Bielorrusia, en la que ya han fallecido más de 30 000 personas ante la inacción de la Unión Europea y la hipocresía de los gobiernos polaco y bielorruso, quienes no dudan en usar a los inmigrantes para sus afrentas políticas.
Para hacernos partícipes de la terrible situación de estas personas, «Green Border» nos muestra distintos puntos de vista: los de una familia de refugiados siria engañada con un presunto paso fácil a la UE, un joven guardia fronterizo cuya esposa está embarazada, un grupo de activistas que hace lo que puede ante las numerosas trabas y limitaciones a los que están expuestos y el de una mujer inmigrante legal que decide dejar atrás su lujosa vida e implicarse en la causa a partir de una serie de acontecimientos.

Lo cierto es que Holland plantea su película como un monumental puñetazo fílmico que, en su rotunda crítica y por su exacerbada exhibición del sadismo y racismo con una crudeza desmedida, termina por traspasar y devastar a los propios espectadores, quienes pueden verse superados ante el horror al que están asistiendo en la pantalla. Lo que ocurre, es que eso también forma parte de la magnitud de la película y de sus intenciones: hacer que tome conciencia todo el que acostumbra a mirar para otra parte y a instalarse en la prototípica comodidad del ciudadano europeo. Aquí no hay lugar para sutilezas, pero lo que puede echar atrás a muchos espectadores es justo lo que la hace más valiosa y necesaria.
«Green Border» está rodada en blanco y negro y en todo momento ofrece la sensación de estar ante una producción ambiciosa técnicamente. Bien dirigida, montada y con una fotografía destacable, logra capturar la tensión y el sufrimiento que quiere mostrar y traspasar la pantalla.

Sus dos horas y media de duración están plenamente justificadas, a diferencia de lo que suele ser habitual, gracias a los distintos puntos de vista mostrados. Curiosamente, comienza por mostrar el lado más crudo y cruel del conflicto migratorio, incluso el adoctrinamiento de los guardias para que deshumanicen al inmigrante, para posteriormente mostrar pequeños conatos de luminosidad gracias a la labor de los activistas y de las personas que se posicionan y se dejan la piel por intentar ayudar a otros seres humanos. Es, curiosamente, en esa parte de la narración cuando la película definitivamente alza el vuelo, con la construcción de un personaje tan interesante como el de Julia, y con el reconocimiento de la dificilísima labor de esos cooperantes y de la impotencia a la que se ven resignados con frecuencia.
Valoración Golden Cinema:

La contadora de películas – Lone Scherfig – España
La película en sección oficial, fuera de concurso, que se ha presentado en la ceremonia de inauguración de la 68ª Seminci es «La contadora de películas», último film de Lone Scherfig, quien alcanzó la popularidad años atrás gracias a «An Education», que obtuvo tres nominaciones a los Óscar. En esta cinta, una coproducción francesa, chilena y española, la directora adapta la novela de Hernán Rivera Latelier y cuenta con un plantel actoral internacional en el que se encuentran Bérénice Bejo, Antonio de la Torre o Daniel Brühl. Se estrenará en cines comerciales el próximo 27 de octubre.

«La contadora de películas» está protagonizada por una soñadora niña que vive junto a su trabajadora familia en el desierto de Atacama de los años 60. Su madre, una mujer frustrada por la vida que le ha tocado vivir, le inculca el amor por el arte y por seguir su propio camino, mientras que su padre se convierte en una persona dependiente tras un accidente laboral. La protagonista pronto descubre que tiene vocación para ser una contadora de películas, una persona con un don para transcribir todo lo que ocurre en un film y poder retransmitírselo a los numerosos ciudadanos que no pueden costear su entrada.
La película cumple estéticamente con una ambientación que nos transporta a la época y lugar al que quiere enviarnos, pero no deja de tener un cierto aroma a telefilm que nunca termina de evitar. Narrativamente se mueve entre diferentes tramas -la precariedad laboral, el abandono, el amor al arte, el romance, etc- pero la transición entre unas y otras no siempre resulta natural y hay cambios de tono bastante bruscos que pueden despistar al espectador.

«La contadora de películas» funciona mejor en sus instantes de alivio cómico -¡ese divertidísimo casting familiar de contadores de cine!-, cuando se muestra más ligera y tierna o en su reiteración del manido mensaje del cine como salvador personal de las vidas de la gente, que cuando quiere ser más intensa o intenta ahondar en el drama. Es ahí donde radica su mayor valor y lo que puede hacer pasar un rato entretenido en su butaca a aquellas personas que se acerquen a verla en su próximo y cercano estreno comercial.
Valoración Golden Cinema:

The Sweet East – Sean Price Williams – USA
Estrenada mundialmente en el marco de la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, «The sweet east» forma parte de la Sección Oficial a concurso de la 68ª Seminci. Con ella, Sean Price Williams nos conduce a una alocada road movie protagonizada por una Taila Ryder siempre magnética y carismática, hasta el punto de hacer creíble -dentro de lo increíble- su periplo y el poder de atracción que irradia en los demás, que la incluyen siempre en sus extravagantes planes.

En «The Sweet East», una joven estudiante de instituto abandona su viaje de fin de curso para embarcarse en una sucesión de aventuras, no exentas de peligros, que la hacen vivir trescientas vidas en apenas semanas. Podría ser la versión cinéfila del mítico éxito sonoro de Astrud, «Hay un hombre en España que lo hace todo», pero transformado en «Hay una mujer en USA a la que le ocurre todo».
La película comienza de un modo deshilvanado y poco prometedor, pero cuando se adentra en las vivencias de su protagonista coge altura y termina por resultar muy divertida en su conjunto, pese a su irregular ritmo. La absurdez de todos los personajes que aparecen en la cinta y de las historias que le suceden a la personaje central están relatadas de un modo totalmente autoconsciente y por ello hay que rendirse ante la evidencia de que Sean Price Williams nos ofrece exactamente el film que quiere. Su hilarante trama puede recordar -salvando las distancias- a la estupenda «Lo que esconde Silver Lake» en clave femenina y adolescente.

«The Sweet east» destaca más por su humor y su delirante historia, además de la estupenda actuación de su protagonista, que por contener ningún tipo de mensaje o brillar en lo técnico, donde luce como una pequeña película independiente americana. Sin embargo, si entras en ella puedes pasar un rato muy divertido como espectador y desde luego, es una película atrevida y marciana, con perfecta cabida festivalera, lo que se agradece.
Valoración Golden Cinema:
ACADEMIA DEL CINE EUROPEO

El cielo rojo – Christian Petzold – Alemania
Tras su laureado paso por la Berlinale, donde recibió el Gran Premio del Jurado, «El cielo rojo» (Afire) aterriza en la Seminci gracias a los pases especiales de la Academia de Cine Europeo, que han permitido el visionado de algunas de las obras más memorables que se han estrenado en los festivales más reconocidos de Europa.
Christian Petzold cuenta en su haber con una trayectoria muy interesante en la que destacan títulos como «Bárbara» o «Phoenix», poseedora de uno de los finales más impactantes de la pasada década. En esta ocasión dirige y escribe «El cielo rojo», una pintoresca historia de amor, humor y horror en la que el lirismo se apodera de la narración y cautiva al espectador desde su escena inicial hasta el último segundo de metraje.

«El cielo rojo» nos presenta a dos amigos que deciden alojarse en una casa de vacaciones junto al mar Báltico para escribir y trabajar con tranquilidad. Uno de ellos está siempre malhumorado, es una fuente de negatividad constante y consigue que todo lo que se propone termine resultándole mal, mientras que el otro adopta una posición más despreocupada y se deja llevar por los acontecimientos de la vida. En la casa se topan con dos huéspedes inesperados con los que vivirán una serie de encuentros y desencuentros que forjarán su estancia laboral/vacacional en primer lugar, pero también cambiarán sus destinos.
Es asombrosa la capacidad de Petzold para saber moverse entre géneros tan diversos como la comedia negra sarcástica, el romance al más puro estilo Rohmer, el thriller e incluso el terror, con una naturalidad y una sutileza que evitan que cualquier cambio de tono resulte brusco o inesperado. «El cielo rojo» tiene también la habilidad de transitar desde la calma, desengranar y mostrar poco a poco el misterio de sus personajes, en el tempo adecuado, sin permitir que el interés del espectador decaiga, pero sin necesitar introducir elementos innecesarios para lograr esa atención, valiéndose de un guion muy bien escrito y de interpretaciones tan magnéticas como las ofrecidas por Thomas Schubert y Paula Beer.

Sin embargo, pese a que «El cielo rojo» rezuma numerosas virtudes como las reseñadas, hay una que la eleva por encima de todas las demás: su capacidad para resultar tan novedosa. Cada vez es más difícil encontrarse con obras tan libres y singulares como ésta, tan distinta a ninguna otra que haya disfrutado con anterioridad.
Valoración Golden Cinema:

Anatomía de una caída – Justine Triet – Francia
La Palma de Oro del último festival de Cannes no necesita mayor presentación, si bien su recorrido en premios y rankings diversos no ha hecho más que empezar y estoy bastante convencido de que veremos a «Anatomía de una caída» nominada a varios Óscar dentro de unos meses, si bien Francia ha desaprovechado la oportunidad de ganar casi con toda probabilidad el premio a la mejor película internacional con ella, al optar por otra cinta que comentaré próximamente. «Anatomía de una caída» tiene cabida en la 68ª Seminci gracias a los pases especiales de la Academia del Cine Europeo y no sabemos cuánto agradecerlo.

En «Anatomía de una caída», la sospechosa muerte de un hombre pone en el disparadero a su mujer, con quien tenía una relación complicada, y pone en una situación comprometida a su pequeño hijo invidente, que fue quien encontró el cadáver de su padre. La peculiar personalidad de la madre -una espectacular Sandra Hüller, con quien siempre me quedaría corto de adjetivos elogiosos-, su relación e incluso su profesión estarán en el punto de mira de la sociedad, de la justicia y de su propio hijo.
Justine Triet dirige con brío una obra milimétrica que roza la perfección, que habría acariciado con incluir un mínimo de tijera en sus dos horas y media de duración, pese a que resulte muy estimulante cada segundo de su metraje. Lo que podría considerarse como un sólido thriller judicial da lugar a una interesantísima disección de una relación de pareja en crisis, de sueños rotos y de la dificultad para asumir el fracaso.

Todo funciona en «Anatomía de una caída». Su dirección, su montaje, sus aspectos más técnicos, el conjunto de sus interpretaciones, un guion muy bien resuelto… y es completamente lógico que haya recibido los premios y atención que está logrando. Asistir a su visionado es hacerlo también a una lección de buen cine.
Valoración Golden Cinema:
