Hollywood. La meca del cine, del lujo, del glamour. La aspiración de miles de actores de todo el mundo es formar parte de su universo. Cronenberg une fuerzas con el guionista Bruce Wagner para retratar su reverso, ese lado oscuro que puede apreciarse sin necesidad de escarbar en demasía, esos fantasmas que persiguen y atormentan a las estrellas acercándolas a su destrucción.

Mia Wasikowska, en un lucido papel protagonista en el que ha sabido dar la talla, es una misteriosa joven cuyo rostro y cuerpo fue quemado en un incendio y que se adentra en Hollywood tras trabar cierta relación con Carrie Fisher a través de las redes sociales para adentrarse en ese mundo, escribir un guión sobre el incesto, temática que la obsesiona, y tal vez, con algún fin más. El pasado siempre vuelve y su personaje tendrá que asumir las consecuencias de sus actos.

Evan Bird, revelación del film para su corta edad, es un juguete roto, un niño sin infancia, malcriado, prepotente e impertinente, que ha proporcionado millonarias ganancias a sus padres, más que aceptables John Cusack y Olivia Williams, y a un sinfín de chupópteros más. Alguien que con doce años de edad ya conoce de motu propio lo que significa estar en tratamiento de rehabilitación por adicción a las drogas y pese a ello, sigue inmerso en la vorágine hollywoodiense manteniendo su estilo de vida.

Julianne Moore, premiada en Cannes por su fantástica interpretación, es una actriz en decadencia, popular pero siempre a la sombra de su madre quién falleció joven y en extrañas circunstancias y con quien mantuvo una turbia relación. Su desesperación por conseguir mantenerse en el candelero, sus traumas familiares no resueltos y su galopante inseguridad dibujan un personaje complejo e interesantísimo que Moore resuelve haciendo gala de su gigante talento.

Otro personaje con menor metraje es el interpretado, con corrección y sobriedad, por Robert Pattinson como chófer de limusinas que ha de conformarse con pasear celebritys de un lado a otro mientras padece la frustración de querer ser actor y guionista, pero no termina de encontrar su oportunidad de pertenecer al firmamento de Hollywood como desearía.

Cronenberg ha aprovechado la calidad de su reparto y ha firmado una película oscura, incluso grotesca por momentos, que podría calificarse como una colección de excesos pero que sin embargo resulta magnética ante los ojos del espectador y que, a su vez, retrata todo aquello que la industria del cine prefiere ocultar, con una buena dosis de humor negro. Una cinta arriesgada y que sin duda no complacerá a todo tipo de público, pero atrevida, magnética y muy interesante.

Puntuación: 8 / 10