Años 70 y 80. Marsella era un hervidero de corrupción y un lugar perfecto para que operase la mafia, que utilizaba la bella ciudad francesa para sus operaciones de narcotráfico. De pronto, apareció un juez implacable, carente de miedo, capaz de hacerle frente.

El duelo entre el juez Michel – Jean Dujardin – y el capo de la mafia, Gaëtan Zampa – Gilles Lellouche – , y la persecución que el primero hace sobre el segundo y toda la French Connection es el eje del film, convirtiéndose éste en un auténtico duelo interpretativo entre los actores, que, curiosamente, también guardan cierto parecido físico.

Cédric Jiménez, director de la cinta, retrata la ciudad en la que creció logrando una ambientación muy acertada y cercana a la realidad de la época, si bien su puesta en escena es bastante Scorsesiana y en ocasiones roza el videoclip.

Tal vez sea innumerable el número de películas que tratan sobre la mafia e incluso existe una cinta, The French Connection, que también trata el asunto de Marsella y es considerada una obra maestra,

pero el buen uso de la estética y música de la década, unida a la interpretación de los actores y la veracidad que respira el film, hacen de esta cinta, un entretenimiento de altura.

Puntuación: 6 / 10