Cinco años han pasado desde que Tadeo Jones, la respuesta española, animada y paródica de Indiana Jones, irrumpiese en el celuloide, logrando romper la taquilla pese a haber sido recibida con cierta tibieza por parte del sector crítico.
Desde entonces hemos podido ver una clara evolución en el género dentro de nuestras fronteras, con obras tan importantes como Psiconautas, los niños olvidados y cabía preguntarse si esta esperada segunda entrega de Tadeo lograría subirse a ese carro y estar a la altura de los potentes proyectos animados que van viendo la luz en España.
Al comenzar Tadeo Jones 2: El secreto del rey Midas lo primero que advertimos es que, en efecto, ha habido una clara evolución en cuanto a la propia animación de la cinta, tanto en texturas como en tonalidad, superando también en este aspecto a la anterior obra de su director, Enrique Gato, Atrapa la bandera.
Una de las escenas más logradas gráficamente es la persecución en Granada, que evoca de inmediato, aún sin lograr tanta espectacularidad, a la que pudimos visionar en Las aventuras de Tintín de Steven Spielberg. Granada está recreada con tal grado de mimo y detalle que resulta imposible apartar la vista de la pantalla.
Esa no es la única secuencia que nos recordará a Spielberg, dado que la referencia a Indiana Jones y el templo maldito en la búsqueda por las catacumbas granadinas es también evidente.
La cinta cuenta con los personajes principales de su anterior entrega añadiendo algunos secundarios antológicos como la becaria o el taxista andaluz, pero si alguien destaca por encima de todo el elenco animado esa es sin duda la momia, protagonista de los momentos más hilarantes de la cinta y auténtico alivio cómico durante las escenas de aventuras y de acción que pueblan el metraje.
Entre los personajes novedosos también destaca la nueva troupe de villanos, si bien su leit motive es el arquetipo del malvado animado: buscan el poder de Midas para dominar el mundo.
La sencillez del guión es palpable y puede tacharse de resultar un tanto previsible, pero en su principal defecto también radica la virtud y es que esta cinta es perfecta para un público infantil que logrará entenderla sin mayor complicación mientras que a los adultos les resultará cuanto menos entretenida, sin buscarle mayores pretensiones. Esto la convierte en un producto comercial perfectamente vendible y por ello es muy probable que vuelva a cosechar unas cifras más que respetables en taquilla.
Puntuación: 6 / 10